Modelo clásico (habitual en anuncios):
“Se ofrece señora para limpieza por horas. Responsable y puntual. Experiencia en pisos, oficinas y plancha. Zona centro.”
“Cuido los espacios como quien cuida un gesto.
Mi trabajo no es solo limpiar, sino crear armonía donde se vive.
Lo hago en silencio, con respeto, dejando cada rincón listo para que otros puedan respirar y habitar mejor.
Si valoras tu hogar como un lugar de bienestar, estaré encantada de ayudarte a mantenerlo así.”
“Hola, me llamo [Nombre] y ayudo a mantener hogares en equilibrio y armonía.
Trabajo con cuidado, confianza y respeto por el espacio de cada persona.
Si buscas a alguien que cuide de tu casa como tú lo harías, puedes contar conmigo.”
Esto no solo eleva la percepción del servicio, sino que conecta emocionalmente con quien de verdad valora el entorno que habita.