Una sesión no es un bloque de tiempo. Es un espacio de encuentro, de visión, de movimiento interior.
Si piensas que vendes tu hora, te reduces.
Si entiendes que abres un proceso donde algo se transforma, tu valor crece.
Si entiendes que abres un proceso donde algo se transforma, tu valor crece.
Quien compra una sesión contigo, no compra tu tiempo. Compra una posibilidad.