Decir no también es comunicar.
En un mundo saturado de mensajes, comunicar con ética es renunciar a manipular, a exagerar, a vaciar el lenguaje. Es elegir cada palabra como si tuviera peso real.
En un mundo saturado de mensajes, comunicar con ética es renunciar a manipular, a exagerar, a vaciar el lenguaje. Es elegir cada palabra como si tuviera peso real.