No vivimos una crisis de información, sino una abundancia tóxica de certezas.
Cuando todo se puede verificar, simular, explicar o modelar… el conocimiento deja de ser iluminación y se convierte en ruido.
El marketing digital posthumano debe asumir un rol inesperado: filtrar, no amplificar.
La nueva ética no está en mostrarlo todo, sino en saber qué no mostrar, cuándo guardar silencio, cuándo ralentizar el flujo.
Porque en el silencio puede nacer un juicio más limpio que en mil visualizaciones por segundo.
Cuando todo se puede verificar, simular, explicar o modelar… el conocimiento deja de ser iluminación y se convierte en ruido.
El marketing digital posthumano debe asumir un rol inesperado: filtrar, no amplificar.
La nueva ética no está en mostrarlo todo, sino en saber qué no mostrar, cuándo guardar silencio, cuándo ralentizar el flujo.
Porque en el silencio puede nacer un juicio más limpio que en mil visualizaciones por segundo.