La historia demuestra que no son las máquinas
las que marcan los giros de la humanidad,
sino los relatos que las legitiman.
las que marcan los giros de la humanidad,
sino los relatos que las legitiman.
La imprenta no transformó el mundo por sus letras,
sino por la narrativa de libertad que imprimió.
Internet no nos cambió por sus cables,
sino por el relato de conexión que inventamos.
Hoy, la IA no será disruptiva por sus algoritmos,
sino por la narrativa que elijamos:
¿control o emancipación?
¿dependencia o expansión de lo humano?
La transición narrativa es el verdadero campo de batalla.