Estrategia, métricas, objetivos, planes.
Todo parece avanzar,
pero ¿hacia dónde?
Todo parece avanzar,
pero ¿hacia dónde?
El propósito no es un eslogan moral.
Es la brújula que convierte la acción en sentido.
Una marca sin propósito puede moverse mucho,
pero solo en círculos.
El propósito no se diseña,
se descubre.
Está en la intersección entre lo que aportas
y lo que el mundo necesita.
Solo desde ahí,
la estrategia deja de ser cálculo
para convertirse en destino.