En momentos de crisis o transformación, muchos sienten la necesidad de cambiar de rumbo. “Voy a dejar mi trabajo”, “necesito reinventarme”, “quizá debería empezar de cero”.
Pero a veces no hace falta empezar de cero. Hace falta empezar de otro modo.
No se trata de abandonar tu oficio, sino de cambiar la lógica con la que lo habitas. Si sigues operando con los viejos patrones —los del control, la inercia, la validación externa— el cambio será solo estético.
La reinvención profunda no es moverse, es mutar. Significa volver al núcleo de lo que haces, comprenderlo desde nuevas preguntas, abrirlo a otras formas de relación, propósito y conciencia.
No cambies de oficio. Cambia de lógica. Solo entonces, incluso haciendo lo mismo, estarás haciendo otra cosa.