No trabajaremos en algo.
Trabajaremos desde algo.
Trabajaremos desde algo.
Desde una inquietud.
Desde un propósito.
Desde una pregunta que no se agota.
Los oficios del futuro no tendrán nombres cerrados.
Serán combinaciones fluidas,
experimentos continuos,
mutaciones conscientes.
El nuevo trabajo no exige respuestas,
exige disposición al asombro.
Y quien no pueda habitar la incertidumbre,
quedará atrapado en títulos que ya no significan nada.