No es la máquina lo que asusta,
es lo que revela de nosotros.
es lo que revela de nosotros.
Nuestra impaciencia.
Nuestra necesidad de control.
Nuestra capacidad para delegar sin pensar.
Pero también,
nuestra posibilidad de pausa.
De elección.
De rehumanización.
El humanismo digital no es un elogio a la técnica.
Es una advertencia silenciosa:
que no perdamos lo que nos hace únicos
mientras construimos lo que nunca soñamos tener.