El verdadero coraje no se mide en saltos al vacío,
sino en la firmeza de mantener una visión
cuando el resto elige comodidad.
sino en la firmeza de mantener una visión
cuando el resto elige comodidad.
El coraje posthumanista no consiste en gritar más fuerte,
sino en sostener lo incómodo sin adornos.
En defender una idea que nadie aplaude todavía,
pero que se convertirá en semilla.
Arriesgar puede ser un impulso.
Sostener lo impopular requiere una constancia
que pocos están dispuestos a pagar.