Se cree que innovar es ir un paso por delante.
Pero lo verdaderamente disruptivo no es correr,
sino desviarse.
Pero lo verdaderamente disruptivo no es correr,
sino desviarse.
La innovación que transforma no acelera el presente,
lo descompone,
lo reorganiza,
y abre un futuro donde antes no había camino.
Innovar es un acto temporal:
no ocurre en la línea recta del progreso,
ocurre cuando alguien decide torcer el tiempo
para que aparezca una nueva posibilidad.