El saber no es acumulación,
es circulación.
es circulación.
El conocimiento guardado como tesoro
pierde sentido,
se convierte en egoísmo,
en reliquia estéril.
La ética del conocimiento no consiste en poseer,
sino en multiplicar.
Lo que no se transmite,
se desvanece.
En un mundo interconectado,
la ignorancia no es no saber,
sino saber y no ofrecerlo.