El futuro del trabajo no se mide en horas,
ni en oficios,
ni en contratos.
ni en oficios,
ni en contratos.
Será una forma de habitar el tiempo.
Un estado de conciencia donde producir, crear y vivir
se confundan hasta ser lo mismo.
El trabajo ya no será un sacrificio que sostiene la vida.
Será la vida misma desplegándose
en actos con sentido.
El desafío no será encontrar empleo,
sino encontrar propósito.