Durante siglos, trabajar significó producir. Hoy empieza a significar comprender.
La automatización y la inteligencia artificial han desplazado el centro del valor: ya no está en lo que hacemos, sino en cómo interpretamos lo que ocurre mientras lo hacemos.
La automatización y la inteligencia artificial han desplazado el centro del valor: ya no está en lo que hacemos, sino en cómo interpretamos lo que ocurre mientras lo hacemos.
Reinventarse no consiste en cambiar de oficio, sino en reconfigurar la conciencia del propio rol. Cada tarea puede ser un acto de lucidez o de repetición. La diferencia está en la forma de mirar, no en el cargo.
En la era posthumanista, la profesión se vuelve una forma de autoconocimiento. Las empresas que lo comprendan no formarán empleados, sino individuos conscientes capaces de integrar conocimiento, emoción y propósito.
La nueva productividad no mide resultados, mide niveles de comprensión.