Confundimos conexión con presencia.
Acumulamos vínculos, datos, seguidores, mensajes…
pero pocas veces estamos realmente ahí.
Acumulamos vínculos, datos, seguidores, mensajes…
pero pocas veces estamos realmente ahí.
El humanismo digital no busca más comunicación,
sino más presencia significativa.
Ser digital no es vivir entre pantallas,
es existir entre pulsos invisibles
sin perder lo que nos hace sentir.
No se trata de resistir la tecnología,
sino de habitarla con alma.
Porque en lo invisible
se está decidiendo quiénes somos.