Es un despojo.
Una renuncia a la identidad que creías segura.
No se trata de aprender nuevas herramientas,
sino de atreverte a no ser el mismo.
La reinvención profesional es un duelo.
Pierdes certezas,
ganas vértigo.
Pierdes estatus,
ganas autenticidad.
El verdadero salto no es a otro empleo,
es hacia una versión de ti
que aún no habías tenido el valor de habitar.